Un día Sharla decide salir de compras con su hija Jennifer. Mientras hacen sus compras, Jennifer desaparece sin dejar rastro alguno. Sharla busca desesperadamente sin encontrar a su pequeña hijita de siete años. La familia de Jennifer queda desconsolada por su desaparecimiento. Poco a poco los días pasan y la policía sigue buscando sin encontrar a la niña. Sharla comienza a creer que ha estado orando en vano. Se pregunta una y otra vez porqué un Dios tan amoroso permitiría que algo malo le pase a una niña tan inocente — y una niña que ellos habían encomendado a los brazos de Dios.
Está historia impactante trae consigo muchas preguntas acerca de la fe. La historia se enfoca en la gran verdad que Dios nunca desampara a sus hijos en tiempos de dificultad y gran dolor.
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